Los sistemas ópticos compuestos son
sistemas formados por varias lentes, donde la imagen final se forma
cuando la imagen de la primera lente hace de objeto para la segunda y
así sucesivamente.
Todos ellos sirven para aumentar el
tamaño aparente de las cosas. Debemos entender que la
percepción que tenemos del tamaño y la distancia de los objetos
depende del ángulo bajo el que aparecen a nuestra vista. Un objeto muy
pequeño o muy lejano aparece bajo un ángulo muy pequeño. Y un objeto
grande o cercano aparece bajo un ángulo mayor.
Al observar un objeto pequeño o lejano, los rayos de luz que vienen de él nos llegan bajo un ángulo muy pequeño.
Si
esos rayos los hacemos pasar por un sistema óptico que aumente el
ángulo bajo el cual los vemos, el objeto parecerá ser mayor o
estar más cerca de lo que realmente está. En esto se basan todos los
sistemas ópticos usados para aumentar objetos.
En
esta práctica estudiaremos el microscopio, el anteojo de Galileo y el
anteojo de Kepler o astronómico. Antes de empezar, nos familiarizaremos
con la animación construyendo una lupa y describiendo las condiciones
que se tienen que dar para que podamos ver los objetos aumentados.
La
lupa está compuesta por una lente convergente de distancia focal
pequeña. Forma una imagen virtual, derecha y mayor que el objeto.
El
microscopio está formado por dos lentes convergentes, el objetivo y el
ocular, que realizan la ampliación en dos pasos. El objetivo es una
lente de corta distancia focal que se coloca muy cerca del objeto que
se quiere observar. Forma una imagen intermedia real, mayor e
invertida. Esta imagen intermedia se vuelve a ampliar en la segunda
lente, el ocular, formando la imagen que vemos al mirar por el
telescopio. Esta imagen final es virtual, invertida y mucho mayor
comparada con el objeto que estamos observando.
El anteojo de
Galileo está formado por un objetivo convergente y un ocular
divergente. Se usa para observar objetos muy lejanos, así que los rayos
llegan aproximadamente paralelos como si el objeto estuviera en el
infinito. Al atravesar el anteojo, los rayos vuelven a salir paralelos
hacia nuestros ojos, así que la imagen se forma también en el infinito, pero la vemos bajo un ángulo mayor.
En
el anteojo de Kepler o astronómico tanto el objetivo como el ocular son
convergentes. El funcionamiento es el mismo que el del anteojo de
Galileo. Los rayos de un objeto lejano entran paralelos y se
concentran, haciendo que la imagen ocupe un ángulo mayor de visión.
El objetivo de esta
práctica es construir los cuatro instrumentos ópticos y entender las
condiciones que se tienen que dar (posiciones y distancias de los
objetos y los focos) en cada uno de ellos para que funcionen.
HASTA QUE TE FAMILIARICES CON LA ANIMACIÓN, SIGUE LAS
INSTRUCCIONES PASO A PASO.
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